martes, 28 de mayo de 2013

El fin justifica los medios


Tracy Turnblad, una chica grande, tiene solamente una pasión: bailar. Su sueño es aparecer en “El Show de Corny Collins,” el programa de baile televisado más codiciado de Baltimore. Tracy parece perfecta para el programa, a no ser por un problema no tan pequeño: no cabe. Su figura generosa siempre la ha apartado de los grupos de moda, cosa que le recuerda continuamente su sobre protectora madre y de generosa figura, Edna. Esto no detiene a Tracy con su sueño.
Después de cautivar a Corny Collins con su interpretación en la escuela secundaria, Tracy se gana un puesto en el show y se convierte inmediatamente en una sensación de televisión, para gran dolor de la princesa reinante del show, Amber Von Tussle y de su madre, Velma, que lleva la estación WYZT de televisión. El programa se convierte en algo personal al transformarse en una pelea amarga entre las chicas mientras compiten por la codiciada corona de "Srta. Hairspray". Velma, al ser la encargada del show, manipulaba los votos y todas las cuestiones del programa, para que su hija siempre sea la protagonista del mismo.

Tracy, a su vez, organiza una marcha junto a Motormouth Maybelle para luchar por la integración social que termina con una orden de detención. Tracy se convierte en prófuga de la justicia y se va al fondo - literalmente - al sótano de su mejor amiga. Para desgracia de Tracy, este acontecimiento ocurrió el mismo día de la competencia para ser la nueva Señorita Hairspray. Esto resultó ventajoso para Amber y su madre, quienes se las arreglaron para manipular el veredicto de los votos de los concursantes, aumentando así las posibilidades de ganar de Amber.
Al final, Tracy, logra llegar a tiempo para demostrar la distorsión de los resultados, y a pesar que la ganadora no fue ella, obtuvo una gran alegría al enterarse que su amiga había sido nombrada “Señorita Hairspray”  

En nuestra opinión, en esta película se ve claramente como los MCS, en este caso la televisión, hacen lo que este a su alcance para conseguir lo que ellos desean. Es observable en esta ocasión, la presencia del maquiavelismo en los medios, el cual plantea que “El fin justifica los medios”, ya que a lo largo de la película se puede notar escenas en las cuales las antagonistas actúan con persuasión y manipulación para llegar al objetivo: impedir que Tracy sea la Señorita Hairspray y poder “mantener la reputación del show”

lunes, 20 de mayo de 2013


Legado de amistad
No es fácil perder un amigo, en ningún momento y a ninguna edad.
Tomas fue mi mejor amigo por tanto tiempo que ya casi ni recuerdo cuánto. Tuvimos una hermosa amistad.
Éramos muy distintos, tanto que muchas veces me pregunté cómo podíamos ser tan amigos. Con el tiempo entendí que tal vez esas diferencias, nos unían o complementaban.
Tomas era un “alma libre” como él decía. No se había casado, no tenía hijos. Tampoco tenía padres o hermanos. No se ataba a ningún trabajo, le bastaba con que le alcanzase y no buscaba nada más. Vivía en una pequeña casa alquilada con la única compañía de su otro gran amigo, su perro Aiko.
Yo, en cambio, tenía esposa, hijos, casa propia y un trabajo del que cualquiera podría sentir orgullo.
Un día me dijo:
- ¿Sabes qué? Es un gran beneficio no tener nada. Imagínate qué fácil va a ser cuando yo muera, no habrá nadie para reclamar nada. Y yo pensé que algo de razón tenía. Estaba muy equivocado.
Tomas murió de un día para otro. ¿Estaba enfermo y yo no lo sabía? Tal vez ni él lo sabía. Tal vez era su hora y así, de pronto me quedé sin mi amigo.
No hubo velorio y yo lo despedí en el cementerio como pude.
Al día siguiente fui a su casa, alguien debía ocuparse de las pocas cosas que Tomas había dejado y allí lo encontré. Aiko estaba ahí, esperando a mi amigo, sin resignarse como yo. Tanta era mi tristeza que no me había acordado que el perro estaba solo en la casa. Le di de comer y de tomar y me senté junto a él en el piso. Aiko esperaba, no se daba por vencido, y por un momento yo esperé también, como si el regreso de nuestro amigo fuese posible.
El timbre nos sobresaltó a ambos, pero no se trataba de un milagro que nos devolvía a Tomas, era el propietario de la casa.
-Su amigo me pagó hasta fin de mes, así que –hasta que llegué ese día- tiene tiempo de desocupar este desorden-No dijo más que eso y se fue.
Y comenzó para mí una rutina diaria. Todos los días pasaba por la casa de   Tomas, no tanto para desocuparla, sino para darle de comer a Aiko y hacerle compañía.
Con las pocas pertenencias de mi amigo terminé al poco tiempo, no era mucho realmente y doné todo.
Sin embargo, quedaba Aiko. Cada día cuando llegaba a verlo, sabía que él seguía esperando a Tomas, pero un día me di cuenta que me esperaba a mí también.
Ambos nos hacíamos compañía y compartíamos ese dolor que significaba haber perdido a nuestro mejor amigo.
El tiempo pasaba y fin de mes se acercaba. Sabía que algo debía hacer con Aiko.
Ya no sólo nos unía el recuerdo de Tomas, había un vínculo entre nosotros.
Sabía que no sería fácil convencer a mi esposa y no lo fue. Sin embargo, ella aceptó que Aiko no podía quedar sólo y que si alguien debía hacerse cargo de él, ése era yo.
Y el último día del mes cuando llegué a la que fuera la casa de Tomas, Aiko me esperaba moviendo su colita.
-Vamos amigo, tienes que conocer tu nuevo hogar-le dije.
Y mientras ambos caminábamos hacia mi casa, pensé en cuán equivocado había estado Tomas. Es cierto, no había dejado plata, ni joyas, ni nada de valor material, pero me había dejado a Aiko, a su otro mejor amigo.
Recibí la herencia más importante que se pueda dejar, una herencia de amistad, de amor y de cuidado. Mi gran amigo me había dejado como legado a otro amigo ¡Qué mayor tesoro podría haber recibido de él!
Aiko ya no estaba solo, yo tampoco. Estoy seguro que Tomas sonreía feliz mientras nos veía caminar hacía mi casa.


Día a día, en la cabeza de una mujer resuenan las siguientes preguntas: “¿Por qué tengo que sufrir esto? ¿Por qué a mi?" Ser mujer no es nada fácil, es por eso que queremos saber: Si te dieran la oportunidad de elegir algo, como mujer, ¿Qué sería?